REAL EXPEDICIÓN BOTÁNICA DEL NUEVO REINO DE GRANADA. MUTISIA CLEMATIS
Autor: Salvador Rizo Blanco (ca. 1760-1816)
Fecha: 1784-1812
Localización: Madrid, Archivo del Real Jardín Botánico, CSIC (ARJB, Div. III, A-1154)
Características técnicas: témpera sobre papel; 541 x 380 mm
Una flor trepadora de la familia de las Asteraceae, característica de la región de Cundinamarca (actual Colombia), representada aquí con una voluntad geométrica hasta dibujar las tres letras (JCM) que aluden a José Celestino Mutis, el naturalista que identificó la especie y a quien quiso rendir tributo Carlos Linneo (1707-1778), el responsable de su nomenclatura. La imagen forma parte de la fabulosa Flora de Bogotá, una colección de más de 6000 láminas botánicas, el último tesoro vegetal que la Corona española extrajo del Nuevo Mundo en la víspera de la Independencia, a finales del siglo XVIII. Su autor es Salvador Rizo, uno de los principales pintores y mayordomo de la Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada, dirigida por José Celestino Mutis (1732-1808).
Nacido en Cádiz, médico de formación y botánico autodidacta, Mutis había viajado a América en 1763 con la intención de convertirse en un nuevo Francisco Hernández, el médico que había dirigido una de las primeras expediciones científicas al Nuevo Mundo en la época de Felipe II. Tras veinte años ocupado en diversos oficios (médico, minero, profesor) en 1783 obtuvo finalmente apoyo desde Madrid para financiar su proyecto. Desde entonces y hasta su muerte, Mutis levantó una empresa formidable, aunque desigual. Desde el punto de vista estrictamente botánico, las descripciones taxonómicas de las especies resultaron incompletas y algunas hasta pobres. Las selvas del trópico eran demasiado vastas y demasiado diversas como para ser sometidas a la mirada racionalizadora y al espíritu del sistema (linneano). Sin embargo, Mutis creó un taller de pintura asociado a la oficina botánica donde se formaron especialistas en el dibujo y la pintura de plantas, jóvenes pintores procedentes de Quito o Santa Fe que supieron captar y representar lo que ninguna clasificación, ninguna descripción o ninguna nomenclatura agota.
El dibujo y el grabado habían sido fundamentales en la evolución de la botánica. El dibujo permitía identificar y codificar los rasgos formales de una determinada especie; el grabado, reproducir las imágenes a distancia y estandarizar las miradas. En estos soportes venía siendo común priorizar las formas y el número de los órganos sexuales de las plantas (los pistilos y estambres de las flores). En este sentido, los despieces florales en blanco y negro eran una tipología suficiente e incluso más sencilla a la hora de ser reproducida y viajar por el mundo. Sin embargo, esta Mutisia Clematis, así como el resto de la Flora de Bogotá, tiene en su colorido intenso y en sus formas rotundas sus auténticas señas de identidad. Los pigmentos que sirven de base están extraídos de productos locales: achicote, chilca, dalia, palo brasil. La simetría, el volumen y el color alejan estas imágenes de las frías ilustraciones botánicas al uso, y las acercan a otras representaciones de la naturaleza americana conectadas con el Barroco o el muralismo latinoamericano. Son ilustraciones botánicas, pero tienen el aura de lo singular o lo único, aquello que es difícilmente reproducible, un atributo de las obras de arte.
Bibliografía
Bleichmar, D., Visible Empire, Botanical Expeditions and Visual Culture in the Hispanic Enlightenment (Chicago: The University of Chicago Press, 2012).
Frías, M., Tras el Dorado Vegetal. José Celestino Mutis y la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1808) (Sevilla: Diputación Provincial, 1994).
Pimentel, J., Viajeros Científicos. Jorge Juan, Mutis, Malaspina (Madrid: Nivola, 2008, 2ª ed.).
Juan Pimente